lunes, 25 de abril de 2011

El Porvenir se reencontró con el triunfo

No iba a ser fácil para el equipo de Gerli sobreponerse a los pocos puntos cosechados. Tenía el trabajo de enfrentar a Ferrocarril Urquiza de local luego de haber perdido el último encuentro en su cancha.
Con mucho sacrificio, con momentos de buen fútbol, y con las individualidades más picantes que nunca, El Porve pudo dar vuelta un encuentro que no le resultaba nada favorable.

Al conjunto dirigido por Benet le cuesta mucho la localía, por lo que los pronósticos no estaban con los de Gerli. Para agravar la situación, enfrente estaba el "Furgón de Villa Lynch", un equipo que sabe con la pelota, de los que mejor la tratan en la divisional, y que no se achica en ninguna cancha.

A partir de este escenario el enfrentamiento presentaba cierta inquietud en los pocos espectadores que llevó a su cancha el local. Ferrocarril Urquiza respondía con mucho peligro a cada ataque que, tibiamente, proponía El Porve. Si bien los dirigidos por Cristian Aldirico eran más claros a la hora de tratar la pelota, carecían de profundidad, por lo que Valiñas (de gran actuación) sólo tuvo que intervenir cuando su defensa cometía un error.

Pero la jugada que abrió el marcador para la visita fue algo insólita. Lino Arce despejó la pelota como toda la tarde, con la desgracia de que la misma rebotó en la espalda de Del Corro, y ese rebote se convirtió en una excelente habilitación para el oportunista de Jonathan Recchia, quien a los 28 marcó la justa ventaja para su equipo.
Con El Porve en desventaja, y sus jugadores atónitos por la malaria que los aquejaba como local, Urquiza se decidió a liquidar el partido. Pero cometió el error de descuidarse en el fondo y el local, contragolpeador como ninguno, lo aprovechó. Matías Sproat trepó por izquierda correteado por los defensores locales, quienes descuidaron a los hambrientos Salomone, Del Corro y Avilés que venían por derecha. El centro del Chueco lo superó al arquero y el que ligó abajo del arco fue El Piru Avilés. Primer gol en primera, para una de las figuras del ciclo Benet, y primera sonrisa de la tarde para la gente que volvió a creer en su equipo.

En el complemento, El Porvenir salió a comerse crudo a su rival. Casale fue reemplazado por Musco, para ganar en la marca y dejar que Sproat se moviera solo con libertad. Y el Chueco eligió a Ever Molina Ríos para pasearlo toda la tarde. Así fue, el experimentado lateral derecho sólo pudo frenar al 10 del Porve con un codazo, que el árbitro ignoró y castigó al talentoso del equipo con su quinta amarilla. El resto de las jugadas, Molina Ríos se tuvo que conformar con verle el número en la espalda cada vez que lo pasaba. A los 16 del complemento, la figura de la cancha volvió a eludir a su víctima y lanzó un centro con tres dedos al segundo palo, en donde venía solo y como una tromba el goleador Del Corro para ponerle la frente al triunfazo del Porve.

La fiesta hubiese sido completa, si Salomone convertía el tercero en una jugada que dejó a todos los presentes con la boca abierta: El Tano recibió de Valiñas casi en la mitad de la cancha, la paró de pecho y, sin que pique, le dio de volea. ¿Golazo? No. El Bueno de Matías Cano con mucho esfuerzo logró rozar la pelota y la misma no quiso entrar… pegó en el travesaño y picó en la línea.

Los minutos finales fueron para que se luzca Nahuel Valiñas, quien volvió a ser el Valiñas de sus comienzos en El Porve y transmitió seguridad y decisión a sus compañeros y a los presentes en el estadio.

Fuente: Todo Ascenso